El Guisante (Pisum Sativum) es uno de los muchos cultivos característicos de la época de otoño, ya que esta pequeña leguminosa, prefiere las bajas temperaturas a las altas.
Es cierto que existe una gran producción de Guisantes de forma industrial, pero nada comparado con los resultados que obtendremos nosotros mismos si los cultivamos de forma ecológica en nuestro huerto, consiguiendo unos Guisantes con un sabor y unas propiedades inigualables.
La siembra del Guisante podremos realizarla mediante planteles (cultivo en recipientes individuales y de pequeño tamaño) o directamente sobre la tierra, sembrándolo de forma lineal y dejando unos 50 cm de separación entre planta y planta, habiendo colocado 3 ó 4 semillas.
Una vez cubiertas las semillas, colocaremos alrededor unas ramas secas que servirán de soporte cuando las plantas empiecen a crecer.
El Guisante, como hemos mencionado anteriormente, se desarrolla mejor en un clima frío, siempre y cuando las temperaturas sean moderadas y exista en el ambiente una humedad adecuada. Tampoco soporta las altas temperaturas y el ambiente seco.
Esta leguminosa, al igual que el resto de su clase, se adapta muy bien a todo tipo de suelos, prefiriendo aquellos que sean frescos y bien drenados. Además, el Guisante nos ayudará a mejorar nuestro suelo, ya que al fijar el nitrógeno de la atmósfera, no sólo lo enriquece, sino que una vez terminada la temporada de cosecha, las matas sobrantes nos servirán de abono natural.
Respecto a los nutrientes que necesita el Guisante, son más bien pocos, ya que con el nitrógeno que fija, le resulta suficiente, pero en el caso de que nuestro suelo sea pobre en nutrientes, deberemos mezclar con la tierra, mantillo (compost muy descompuesto) y abono natural, consiguiendo así una óptima cosecha orgánica y ecológica.
El Guisante no es muy estricto en lo que se refiere al riego, aunque sí que prefiere riegos abundantes y espaciados a riegos escasos pero continuados. También habrá que tener siempre en cuenta la importancia de que el suelo disponga de un buen sistema de drenaje, el cual, evitará la aparición de acumulaciones de agua en el subsuelo, que posteriormente, puedan llegar a pudrir nuestras plantas.
En la época de floración, es aconsejable regar los Guisantes con regularidad si el tiempo es seco, con lo que mejoraremos la productividad y su posterior cosecha, la cual, tendrá lugar transcurridas 12-14 semanas desde la siembra.