Los gatos, al igual que pasa en la mayoría de seres vivos, son animales muy territoriales. Tienen la necesidad de sentir que todo lo que está a su alrededor les pertenece, por ello, es necesario entender que cuando alguien adopta un gato y lo introduce en su casa, ésta pasa a pertenecerle al gato.
En el comportamiento del gato, se pueden ver varias acciones que denotan territorialidad, ya que a través de ellas, los gatos se comunican con otros gatos, dando a entender que ese territorio ya tiene dueño.
Existen distintos tipos a la hora de marcar el territorio dentro de la conducta del gato:
Con orina
Este tipo de marcación territorial, suele darse en la época de celo, mayormente en los machos no esterilizados, y rara vez en las hembras.
La orina que expulsa el gato, tiene un olor fuerte y poco agradable, dejando marca allá donde haya sido expulsada. Normalmente dejan de hacerlo cuando pasa el celo, por lo que si se pretende evitar este tipo de situaciones, es mejor castrar al gato.
Con feromonas
Es el más frecuente y el menos molesto para los dueños. Los gatos las expulsan al frotarse con otras personas, animales o cosas, gracias a unas glándulas aromáticas que poseen, marcando de esta manera todo aquello que consideran suyo.
Con arañazos
Los gatos no sólo arañan todo aquello que ven para afilarse las uñas, sino también para advertir de su presencia y marcar su territorio. Es aconsejable, por lo tanto, ofrecer al gato un rascador, evitando así desperfectos en el inmobiliario de la casa.
Para evitar problemas de territorialidad en el gato, es preciso ofrecerle un sitio propio donde pueda descansar, comer, jugar y relajarse tranquilamente, así como un arenero situado en un lugar tranquilo de la casa.
Por último, es necesario evitar cerrarle las puertas de las habitaciones, ya que como hemos mencionado antes, el gato debe tener la posibilidad de inspeccionar toda la casa, en el momento en que desee.