Un hombre ha denunciado a la cadena de restaurantes Starbucks, después de que su hija de tan sólo cinco años, se sorprendiera al descubrir una cámara espía en uno de los servicios de una sucursal situada en Washington D.C.
William Yockey, padre de la niña, ha demandado al restaurante por los siguientes delitos: “Negligencia grave, errores de supervisión en la actividades de sus empleados, violación fragante de la intimidad y por no comprobar adecuadamente el estado de sus instalaciones”.
Al presentarse los agentes de policía en el establecimiento, encontraron una cámara espía con “forma de U” encajada en el tubo de desagüe, confirmando que estaba conectada y en funcionamiento.
Alan Hilowitz, portavoz de Starbucks, afirma que la empresa actúo de forma apropiada, calificando el incidente de “insólito y poco habitual”. Sin embargo y en los casi 17.000 locales que posee la empresa en todo el mundo, no es la primera vez Starbucks ha “sufrido incidentes desagradables” con la instalación de cámaras espías en sus servicios.
Un hombre fue procesado el pasado mes de mayo por “colocar una cámara oculta” en un Starbucks de California y haber filmado a más de 50 mujeres. Este mismo suceso, se produjo también en junio, en el estado de Florida y en 2009 en Nueva York, donde curiosamente fue un empleado mismo del restaurante, el que instaló el servicio de grabación.
Pese a las excusas ofrecidas por la compañía, el padre de la víctima ha declarado lo siguiente: “Este episodio me ha cambiado totalmente la vida y que ahora debo inspeccionar concienzudamente todos los rincones, antes de poder utilizar el baño. Tengo la sensación de que ya no es seguro la utilización de un baño público”.