Si nuestro gato comienza a acudir con excesiva frecuencia al arenero, permanece más tiempo de lo habitual allí, emite algún maullido o gemido cuando intenta orinar y se muestra decaído o inapetente, es muy probable que presente cálculos renales que le impiden orinar.
La mayoría de los dueños suelen confundir estos síntomas con el estreñimiento, y por lo tanto, no le prestan la debida atención, sin embargo, lo cierto es que la presencia de cálculos renales es un problema muy grave, por lo que debemos acudir al veterinario lo más pronto posible para confirmar con exactitud su presencia.
Las piedras en el riñón pueden provocar la muerte del gato si no recibe el tratamiento adecuado, además de las tremendas dificultades que le supondrá el hecho de ir a orinar.
Los cálculos renales son como piedrecitas que se van acumulando en el riñón y que obstruyen el conducto urinario al pasar por él, lo que hace que no pueda pasar la orina, acumulándose ésta de forma excesiva y provocándole un gran dolor.
Es una enfermedad que suele presentarse en gatos que beben poca agua o que presentan mucho estrés.
Síntomas de los cálculos renales
Existen una serie de síntomas que nos permiten identificar fácilmente la presencia de cálculos renales en nuestro gato:
– Si acude con más frecuencia al arenero.
– Si se muestra constantemente inquieto, sin poder dormir o relajarse.
– Si expulsa sangre o realiza algún gemido de dolor al orinar.
– Si el grado de alcalinización de la orina aumenta del 5 al 7, es decir, se vuelve más ácida.
Así pues, si nuestro gato muestra alguno o varios de esto síntomas, es muy probable que padezca cálculos renales, y por lo tanto, deberemos llevarlo inmediatamente al veterinario.
Tratamiento de los cálculos renales
Aunque puede variar en cada caso, lo primero que suele realizarse es un análisis de orina, para confirmar que se trata de este problema.
El tratamiento suele efectuarse con antibióticos para frenar la infección, así como con medicamentos que permitan disminuir el dolor al orinar.
Por nuestra parte, será recomendable realizar un cambio en la alimentación, durante al menos 2 meses, ofreciéndole durante ese tiempo, comida de gato específica para combatir los cálculos renales.