Los actuales estilos de vida han favorecido el desarrollo de una población cada vez más obesa, como por ejemplo Reino Unido, donde el 27 % de la población padece obesidad mórbida y el 68 % sufre sobrepeso.
Por este motivo, un grupo de investigadores británicos han propuesto incluir un impuesto adicional sobre los alimentos poco saludables que favorezcan la obesidad, ya que según sus cálculos, de no hacerlo, en el año 2030, la mitad de la población británica será obesa (unos 26 millones de personas).
Según la opinión de expertos sanitarios sobre trastornos de la alimentación, el Gobierno británico debería ejercer medidas más severas que las que actualmente está realizando, ya que “es obligación del Estado proteger a la población de sí misma”.
Este problema no trata únicamente sobre la salud de la población, sino que también es un tema económico, ya que está demostrado que aquellos individuos que presentan obesidad mórbida, también padecen diabetes, enfermedades cardíacas o incluso distintos tipos de cáncer.
Por ello, en opinión de estos expertos, el coste que supone para las arcas públicas, tratar todas estas consecuencias derivadas de la obesidad supone un esfuerzo extra para la Seguridad Social que, en estos momentos y con una población cada vez más envejecida, no puede soportar.
Analizando la tendencia llevada a cabo a lo largo de los últimos 50 años, en el año 2050, la obesidad y el tratamiento de sus consecuencias derivadas, podría suponer al Estado británico un coste de más de 36 millones de euros al año, lo que representa casi un tercio del presupuesto anual de su sistema de salud.