Mariano Rajoy ha ordenado máxima discreción a aquellos empresarios que se encuentran visitando últimamente la sede de Génova. Pretende de este modo, que no se conozcan los futuros contactos que pueda establecer, una vez acceda a La Moncloa.
Me cuenta mi “enano infiltrado”, que el número de empresarios visitantes no ha cesado de aumentar en las últimas semanas, si bien no acuden los “presidentes de las compañías”, sí lo están haciendo los “número dos”, en su mayoría pertenecientes a empresas del Ibex-35.
El motivo de estas visitas se debe a la preocupación de estar bien “colocados” ante un más que probable cambio de Gobierno, o simplemente para “conversar sobre el futuro” de la economía española.
De este modo, todo se está gestionando con la máxima discreción. Esa ha sido la orden dictaminada por el propio Mariano Rajoy, debido a que “no consentirá ningún tipo de filtraciones”.
Entre otras razones, porque desea llegar a La Moncloa sin “ataduras políticas” de ningún tipo con nadie, por ello, se ha “distanciado en público” con el poder económico y financiero (aunque no así en privado).
Cabe señalar que el “candidato popular” se mostró muy enojado tras conocer que había trascendido la cena a la que asistió, la semana pasada en Barcelona, con importantes empresarios catalanes y madrileños. Su preferencia estaba clara.