Las rabietas son una de las conductas más comunes en los niños pequeños, las cuales, pueden ser provocadas por cualquier situación, ya tengan una buena justificación para ello o no.
Se podrían definir como la explosión de rabia contenida, provocada por diferentes causas que le hacen sentirse frustrado o enfadado, y el niño, al no saber manejar estas emociones de una manera adecuada, lo hacen mediante las rabietas.
Cómo actuar ante una rabieta
Por norma general, cuando un niño tiene una rabieta, casi siempre recibe la respuesta y atención de sus padres, que es lo que está buscando, sin embargo, no siempre es lo más adecuado. Por ello, es importante aprender a manejar estas situaciones y enseñarles a los pequeños cómo controlar su enfado y a expresar sus emociones de una manera adecuada, evitando así que las rabietas se vuelvan algo habitual.
Veamos algunos de los consejos que se pueden llevar a cabo para manejar las rabietas:
– No prestar atención a la rabieta. El niño debe aprender que con ellas no va a conseguir su objetivo, consiguiendo así que aprenda a tolerar la frustración que se la ha provocado.
– Esperar a que el niño se calme para explicarle, con calma y sin alterarte, que cuando esté más tranquilo le prestarás atención y le ayudarás a solucionar su problema.
– Mantenerse firme, pero mostrando cariño y apoyo, evitando los enfados, ya que un enfado por parte de los padres, será una forma de prestarle atención.
– Ser constante y paciente, diciéndole cosas como, “si no te calmas no sabemos lo que te pasa, y no podremos ayudarte”.
– Intentar desviar la atención del niño hacia otra cosa.
– Actuar como ejemplo. Cuando te sientas frustrado o enfadado, no pierdas los nervios y trata de controlarte.
– Procurar que el niño descargue tensiones que pudieran llegar a provocar la rabieta, llevándolo al parque a jugar o realizar cualquier actividad en la que se emplee el sentido del humor.
– No juzgar al niño por tener rabietas, pero sí criticar su comportamiento. Habrá que explicarle que ese comportamiento no es el adecuado, que debe intentar expresar sus emociones mediante el diálogo de una manera cómoda, sana y natural.
En definitiva, las rabietas son la manera que tiene el niño de expresar lo que siente, y no han de ser ignoradas, pero tampoco complacidas, sino cuando el niño quiera obtener algo, recurrirá a ellas en todo momento.