Aunque España es uno de los pocos países en los que la rabia se encuentra erradicada, es importante tener en cuenta que se trata de una enfermedad muy agresiva que ataca al sistema nervioso de los animales de sangre caliente, no obstante, parece ser que aquellos más susceptibles de padecerla son los perros.
Teniendo en cuenta que el índice de mortalidad de la rabia es del 100% y que para contagiarla únicamente es necesario recibir una mordedura, ya que el virus se almacena en la saliva, lo más recomendable es prevenir la aparición de la enfermedad a través de las vacunas antirrábicas.
La primera vacuna contra la Rabia
Aunque, tal y como hemos mencionado, la enfermedad en España está erradicada, es importante vacunar a nuestro perro contra la rabia, debido al gran tráfico de animales que existe en nuestro país.
De este modo, las primeras dosis deberán administrarse cuando el perro sea un cachorro, aunque después deberá ir vacunándose periódicamente dependiendo de la ley de cada comunidad autónoma, aunque lo normal sea una vez al año.
Efectos secundarios de la vacuna
Como todas las vacunas, las antirrábicas también presentan algunos efectos secundarios, los cuales, suelen aparecer a las 2 ó 3 semanas posteriores a la vacunación, aunque también existen algunos síntomas inmediatos, como por ejemplo, el vómito, la fiebre, o la pérdida de conciencia.
Además, en este caso el animal puede sufrir cambios de comportamiento (volviéndose más agresivo), experimentar ansiedad, mostrar signos de desorden compulsivo obsesivo y problemas nerviosos tales como la epilepsia, problemas de la piel, desórdenes digestivos, etc…
Por último, cabe mencionar que existen vacunas contra la Rabia dirigidas a personas que están en riesgo de contagio, es decir, profesionales del sector como los veterinarios o los adiestradores.