Al igual que sucede en el caso de los humanos, cuando una perra está embarazada debe ingerir una cantidad de nutrientes adecuados para un desarrollo correcto, tanto del suyo propio como el de las crías que están creciendo en su vientre.
Es por esta razón que es necesario modificar la dieta de la perra embarazada, moldeándola a las necesidades que en el periodo de gestación precisa, aunque evitando un cambio brusco de la misma.
Algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de elaborar la dieta para la perra embarazada, es que habrá alimentos que la beneficien durante este periodo y otros, por el contrario, que resulten perjudiciales para ella y sus cachorros.
Por este motivo es fundamental conocer los alimentos prohibidos que una perra no debe ingerir durante el embarazo. Estos alimentos son, fundamentalmente, aquellos que dificultan su digestión.
Entre los alimentos que se deben evitar durante el embarazo de la perra, a parte de los que ya se venían evitaban durante todo su desarrollo, se encuentran los embutidos, los picantes, algunos condimentos alimenticios, los fritos, los pescados azules, las patatas, la coliflor, los nabos, las lentejas, las carnes de pequeños animales, etc…
Se ha de tener en cuenta que no todos los perros son iguales, y de igual modo, lo que para una perra embarazada puede resultar dañino, para otra no, siendo muy importante controlar la cantidad de cada alimento proporcionado para no provocar en la perra una reacción no deseada.
Por este motivo es necesario acudir al veterinario para que facilite las indicaciones necesarias sobre los cuidados básicos en perras embarazadas, y de este modo, sea él el que paute la alimentación de la perra durante dicho periodo, pudiendo variarla si hubiera complicaciones, sin provocar peligro alguno tanto a la perra embarazada como a los cachorros.