Cuando se adquiere un conejo, hay que ser consciente de que aparte de ofrecerle un hogar y una manutención, será necesario llevarlo al veterinario, algo que en determinadas ocasiones, puede suponer un coste económico elevado para su nueva familia.
El veterinario al que hay que acudir, debe estar especializado en animales exóticos, y si éste decidiera recetar medicamentos al conejo, deberían adquirirse en la clínica veterinaria o en una farmacia especializada en animales.
A lo largo de su vida, el conejo necesitará de varias visitas al veterinario, comenzando por las siguientes:
Primera visita: Desparasitación
Cuando se adquiere un conejo como mascota, lo más común es hacerlo justo después del destete, que suele darse a los 30 ó 45 días de nacer, dependiendo de la raza. Es en este momento cuando hay que desparasitarlo.
Para ello, el veterinario le practicará un examen coprológico (análisis de las heces), para saber si presenta parásitos, ya que son comunes en los cachorros, y de este modo, establecer que antiparasitario debe utilizar. En caso negativo, lo desparasitará a modo de prevención.
Segunda visita: Vacunas
Después de una semana de la desparasitación, se puede comenzar con el calendario de vacunas. Las enfermedades más comunes en los conejos que precisan de vacunas son: Mixomatosis, Hemorragia vírica y Pasteurelosis, siendo las vacunas de las dos primeras las más importantes.
El veterinario será el que decida, qué vacunas poner y la cantidad de las mismas, ya que un conejo que vive solo en el interior de una casa, no precisa de las mismas vacunas que un conejo que viva en el exterior y esté en contacto con otros conejos.
Tercera y sucesivas visitas: Controles básicos
Servirán para aconsejar y controlar la higiene y el cuidado de la piel, las orejas, los ojos, y sobre todo, de los dientes, ya que en ocasiones será necesario hacerle una revisión dental interna para comprobar que todo se desarrolla correctamente.