Fuentes gubernamentales consultadas afirman que el Ejecutivo empieza a “estar harto” del enfrentamiento que mantienen Antonio Brufau, presidente de Repsol, y Luis del Rivero, presidente de Sacyr, por el control de la petrolera por parte de la constructora.
El propio ministro de Industria escenificó ayer este malestar: “Que nos dejen tranquilos. Bastante tenemos ya con la que está cayendo”, respondió Sebastián al ser cuestionado sobre esta operación en la que Sacyr y Pemex han adquirido ya el 30 % de la petrolera.
Dicha reacción y según esas mismas fuentes, responden al “sentimiento de acorralamiento” que está padeciendo el ministro, debido posiblemente, al excesivo apoyo mostrado a la iniciativa de Sacyr.
En el Gobierno comienzan a aparecer las primeras voces contrarias a esta operación. La primera fue la del propio Zapatero, quien desde el primer minuto, no quiso saber nada del asunto y delegó toda la responsabilidad en Miguel Sebastián.
Desde ese momento, los apoyos en la cúpula del Gobierno han ido desapareciendo, como es el caso de Elena Salgado, vicepresidenta económica, quien también se ha desmarcado de esta iniciativa, alegando que no desea que le “salpique” este asunto, a tan sólo dos meses de abandonar la política.
Las mismas informaciones confirman que, quien tampoco ha dado su bendición a la operación y ha empezado a alinearse con los postulados de Antonio Brufau, es Alfredo Pérez Rubalcaba, al cual, le preocupa sobremanera que a falta de pocos meses para los comicios, no esté asegurada la “españolidad” de Repsol, al permitir que Del Rivero ofrezca la gestión de casi un 30% de una compañía estratégica nacional, en poder de una empresa pública perteneciente al Gobierno mexicano.