Mi hijo no quiere estudiar ¿Qué hago?

El estudio no siempre es la actividad que más interés despierta en un adolescente, por ello, es importante que los padres sepan cómo motivarlos hacia el estudio, sin llegar a la imposición autoritaria.

Veamos a continuación algunas estrategias, a modo de consejo, que se pueden poner en práctica para fomentar el estudio autónomo, es decir, aquel que surja de la propia voluntad del adolescente:

Escala de recompensas

Es obvio que recompensar el esfuerzo de estudiar será una de las mejores estrategias, no obstante, es necesario establecer una pequeña escala gradual donde se valore más el mayor esfuerzo, aunque siempre haciéndole entender que dicha recompensa también supone un esfuerzo para la familia.

Evitar el castigo o la imposición

Se debe intentar no llegar nunca al castigo o a la imposición de estudiar, ya que en estos casos, únicamente se consigue una rebelión mayor por parte del adolescente, lo cual, a la larga, genera un desinterés creciente por todo aquello que esté relacionado con la educación.

Buscar ejemplos en lo que reflejarse

Es recomendable que el adolescente tenga en su círculo de confianza amigos o compañeros que también estudien, ya que esto le permitirá desarrollar su vida de ocio en ambientes formados por otros estudiantes, con inquietudes y aspiraciones similares.

Fomentar la alternancia con el tiempo libre

Es fundamental animar al adolescente a realizar otras actividades que le ayuden a “desconectarse” del estudio, de modo que pueda integrarlo como una actividad más de su vida, y no como algo ajeno a lo que se ve abocado.

Evitar crisis familiares

Es importante que el estudio no sea una excusa para la rebelión del estudiante, como respuesta a un conflicto familiar. En este caso, lo mejor es fomentar la comunicación y la resolución de los problemas entre los miembros de la familia, antes de que se genere una situación tensa.

En caso de que todas estas estrategias fracasen, llega el momento de plantearse algunas cuestiones, como por ejemplo, que presente algún tipo de dificultad para el aprendizaje; o también, que estuviera sufriendo algún tipo de problema personal en el centro educativo (acoso), el cual, le generara ansiedad y pánico a la hora de estudiar.

En ambos casos, lo más conveniente sería acudir a un especialista para que lo examinara y pudiera aportar alguna solución, ya que por encima de todo, es fundamental intentar convencerle de que, aunque él no lo vea así, el estudio va a ser fundamental en su vida y en su futuro.