El encuentro del pasado sábado, entre el Barça y el Sevilla (0-0), supuso no sólo la presentación del portero del Sevilla, Javi Varas, ante el gran público futbolístico, sino también la de su entrenador, un Marcelino que dio cátedra sobre realizar una propuesta tácticamente defensiva pero intrínsecamente ofensiva.
El Sevilla, de la mano de su técnico, ha demostrado dominar como nadie “el juego de cerrar pasillos”, ante el equipo que mejor domina la gestión de los mismos.
Coberturas excepcionales durante el primer tiempo sevillista, ya que por fuera, el interior se sumaba al lateral, y por dentro, el interior se aproxima al central.
Un acordeón defensivo, sometido a la percusión constante del Barça, doctor especialista en la materia.
“Chapando garitos”, es la expresión que podría utilizarse con Medel, Campaña y Armenteros, habiendo resultado sus actuaciones individuales, realmente fundamentales para el desarrollo del partido.
Sus ayudas como “segundos defensas”, independientemente de la zona del campo, han sido escandalosas, tapando huecos, cubriendo espacios y basculando con enorme inteligente, sin desgaste físico condenatorio y sin recurrir a la violencia (tomen nota algunos).
En resumen, Marcelino ha realizado un gran movimiento táctico y Guardiola ha contrarrestado con dos soluciones tácticas, una buena y otra también, pero que le ha salido mal.
El de Marcelino fue dar entrada de Kanouté para así poder descargar por arriba, arrastrando a Abidal y proporcionando tiempo y espacio para Navas y Rakitic.
A Guardiola le ha salido bien retrasar a Adriano al comienzo, de extremo derecho a lateral zurdo. Pese a que puede sonar a movimiento defensivo para los imberbes en el análisis, resultaba todo lo contrario, ya que con cuatro atrás, los laterales se posicionan a partir del centro del campo, ejerciendo como extremos “de facto”.
Sin embargo, a Guardiola le ha salido mal sustituir a Keita por Pedro y retrasar a Iniesta. Sobre el papel era lógico y sensato, no obstante en la práctica, Pedro no ha podido clonar lo que estaba bordando Iniesta, galvanizarle la espalda a Martín Cáceres.
Por la izquierda, como en los viejos tiempos, Andrés era un puñal que parecía tener la pluma ejecutoria de la sentencia pero Pedro ha resultado un tapón.
“Guardiola buscaba una solución, pero ha generado un problema”. Por esto, el fútbol a veces es maravilloso, lo bueno en principio puede ser malo y lo malo en esencia puede ser bueno, ya que como siempre, el acierto de las decisiones se encuentra en que cruce o no cruce la pelotita.