Alfredo Pérez Rubalcaba obtuvo hace unas semanas, el “sí” definitivo de Alfonso Guerra, para que encabezara como “número uno”, las listas del PSOE por Sevilla. Conozcamos las auténticas razones que motivaron la insistencia de Rubalcaba en Guerra.
La insistencia en incluir a Alfonso Guerra, que en un principio, mostró sus reticencias a continuar 4 años más como diputado, fue “vendida” por el equipo de Rubalcaba como un “homenaje a la democracia”.
Ya que según ellos, “podrían contar con la experiencia de quien es el único político en activo, que ha mantenido escaño en la Cámara Baja durante nuevas legislaturas de forma consecutiva”.
No obstante, según ha podido averiguar mi “enano infiltrado”, en el PSOE andaluz circula el rumor sobre la verdadera razón de dicho nombramiento, mucho más práctica, y que animó definitivamente a Rubalcaba, a insistir constantemente hasta lograr que Guerra aceptara volver a liderar la lista.
“¿La razón?, la pésima publicidad de los casos de los ERE en la Junta de Andalucía”.
Desde los sectores más críticos del partido confiesan que, “de no haber accedido Alfonso Guerra, la dirección regional del PSOE habría propuesto para liderar la lista, al secretario general de los socialistas en Sevilla, José Antonio Viera, a quien Rubalcaba no podía ver ni en pintura”.
Rubalcaba, sabedor de la “extraña” trama de despidos en el Gobierno regional andaluz, era consciente de que Vera sería convocado a declarar ante la jueza en los próximos meses, por ello y temiendo que fuera utilizado como “arma arrojadiza” por el PP, necesitaba otro cabeza de lista a cualquier precio.