El hermetismo alrededor de las tácticas y los objetivos diseñados por el equipo de campaña de Rubalcaba ha sido y sigue siendo total. Nadie ha podido tener acceso a ellos, sin embargo, nosotros hemos podido conocer algunos de los secretos mejor guardados del candidato.
Una de los mayores secretos de cómo está siendo, y sobre todo cómo va a ser, la campaña electoral de Rubalcaba del candidato socialista es que “detesta las plazas de toros” y cuya presencia en ellas, no entran dentro de sus principales objetivos electorales.
Más concretamente y respecto a las grandes superficies, se le ha escuchado comentar en más de una ocasión: “Me ponen demasiado nervioso e incómodo”. Además, también ha afirmado que “no le gusta la parafernalia electoral”, ni tampoco empezar “a dar gritos” porque sí.
Por lo que se puede concluir que Rubalcaba, no se muestra muy receptivo a ofrecer “grandes mítines” desde ahora hasta la celebración de las elecciones, ni siquiera ha confirmado que vaya a participar en el gran mitin de clausura de campaña.
De este modo, su táctica electoral habitual de acudir a pequeños actos, con muy poca gente, con planteamientos pedagógicos y docentes, no es tanto una elección estratégica sino su “lógica prevención a las concentraciones masivas”.
Sin embargo, miembros de su equipo de campaña están confiados en que puedan convencerle para que cambie de parecer, ofreciendo “al menos” el último mitin de clausura de campaña.
Ya hemos conocido uno de los secretos mejor guardados por Rubalcaba, su “miedo a las manifestaciones masivas”, no obstante, hemos podido tener acceso a otro de sus secretos más ocultos, la composición de sus listas electorales.
Alfredo Pérez Rubalcaba ha seguido unos “peculiares parámetros” para confeccionar sus listas electorales de cara al 20-N, con el objetivo de distanciarse políticamente de su predecesor José Luis Rodríguez Zapatero.
El propio candidato ha comentado a su entorno cercano que: “No meteré a ningún profesional”, es decir, que sólo admitirá a “políticos profesionales” y que sean ajenos a otros sectores.
En este ámbito de intimidad, Rubalcaba ha confesado como “políticos excluibles” a personas como Ángeles González Sinde, Ángel Gabilondo, Mercedes Cabrera, César Antonio Molina, Mariano Fernández Bermejo y Bernat Soria, siendo todos ellos antiguos ministros de Zapatero y compañeros suyos de Gabinete durante esta última legislación.
El argumento utilizado es que “ni son miembros del partido ni tampoco son políticos”. Incluso, ha llegado a admitir que a muchos de ellos “ni siquiera les apasiona la política“, y por tanto, “no están preparadas para la vida parlamentaria”, con todo lo que conlleva dicha responsabilidad.
Según Rubalcaba, “si ganara las elecciones, ya tendría tiempo de incorporarlos al equipo de Gobierno, mientras que si resultara derrotado, serían unos diputados muy poco aconsejables”.