Los niveles de hielo en el Ártico cayeron hasta alcanzar su segundo mínimo histórico, alcanzando una cifra de 4,33 millones de Km2, una superficie próxima al nivel más bajo, sólo alcanzado en 2007.
La capa de hielo del Ártico aumenta su capacidad cada invierno, disminuye durante el verano, alcanzado sus mínimos anuales a lo largo del mes de septiembre.
Concretamente, en 2011, los niveles de hielo del Ártico alcanzaron dicho mínimo el 9 de septiembre, abarcando una cifra de terreno próxima a la anteriormente mencionada.
Estos datos se integran en la tendencia producida a lo largo de los últimos 30 años, en los que la superficie de la capa de hielo del Ártico ha sufrido una disminución significativa, debido “a las temperaturas más altas que ha generado el cambio climático, durante estos últimos años”, según informó la NASA.
Y es que cabe destacar, que desde 1979, los niveles de hielo en el Ártico han ido descendido un 12%, durante cada década.
Los modelos establecidos por los científicos han estimado que el Ártico podría perder la casi totalidad de su capa de hielo, en el verano de 2100.
No obstante, en los últimos años el descenso tanto de la superficie como del grosor, ha sufrido una gran aceleración respecto a lo que dichos modelos predijeron en su momento.