La decisión aprobada este miércoles, por la que los consejeros de RTVE podían tener acceso a iNews, la herramienta informática que controla el contenido de los informativos, tuvo un precedente en 2007.
Los editores de informativos utilizan la herramienta iNews para seleccionar “los temas y el tiempo de tratamiento de ellos en el noticiario, por parte de los presentadores de dicho programa”.
Los consejeros políticos de RTVE pretendían tener acceso a esta herramienta para así “conocer y manipular los contenidos ofrecidos en los telediarios”, previamente a su emisión.
Y es que no ha sido la primera vez, ya que fuentes cercanas a ese consejo de administración en 2007, han comentado como fue aquel primer “golpe de estado” en RTVE.
Se trataba de una reunión ordinaria de los consejeros de la Corporación. La principal cuestión a tratar incluía el “acceso de los elementos de producción y emisión de los informativos de televisión en cada uno de los despachos de los miembros del consejo”.
Lo consejeros exigían disponer de un “login” y de un “password” que les permitiera acceder a este sistema de producción cuando ellos desearan.
Dicha iniciativa volvió a partir de los consejeros del Partido Popular: “Manuel Esteve, Jesús Andreu, Andrés Martín Velasco y Rosario López Miralles”.
No obstante, el resto de consejeros se abstuvieron (al igual que ha ocurrido ahora), entre ellos: Los consejeros del PSOE “Miguel Ángel Sacaluga, Mari Cruz Llamazares”, de CC. OO. “Héctor Maravall”, de UGT “Santos Miguel Ruesga”, de CiU “Josep Manuel Silva”, de IU “Teresa Aranguren” y de ERC “Francesc Bellmunt”.
En aquella ocasión, Luis Fernández, presidente de la Corporación en aquel momento, rechazó de forma tajante que la iniciativa pudiera incluirse en el orden del día formal, asegurando que debido a dificultades técnicas, los consejeros políticos de RTVE no podrían acceder a iNews, argumentando que no disponían del número de licencias necesarias.
Además, Luis Fernández también explicó a los consejeros que si se aprobaba dicha propuesta, supondría “una intromisión en la libertad de información de los periodistas” que trabajaban en los informativos. Por lo que al final, el asunto quedó totalmente cerrado (o eso parecía).