Gaspar Llamazares, impulsor de la recogida de firmas para llevar a cabo un referéndum que obligara a plantear a los ciudadanos la aprobación de la reforma Constitucional sobre el límite en el déficit público, ha admitido su fracaso y abandona su iniciativa.
A falta de una semana para que finalice el plazo en el que 35 diputados pudieran proponer por escrito la realización de la consulta, el secretario general de IU ha reconocido a sus colaboradores más cercanos, que “no podrá alcanzar esa cifra”.
Llamazares había centrado sus esperanzas en los llamados “disidentes del PSOE”, creyendo que apoyo favorecería el hecho de que otros diputados se rebelasen contra las directrices de su partido.
Sin embargo, salvo el ex líder de CCOO Antonio Gutiérrez, que ya había votado en contra en el Congreso, ninguna otra figura destacada de la formación socialista, ha mostrado predisposición a esta iniciativa.
Los tres principales representantes de la corriente interna de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio, José Antonio Pérez Tapias y Manuel de la Rocha, estuvieron debatiendo el pasado fin de semana qué postura tomar al respecto y, a pesar de haber defendido en el pasado la convocatoria de un referéndum, finalmente no apoyarán a IU y a los otros partidos minoritarios que se puedan unir a la “propuesta pro-referéndum”.
Esto se debe a que los disidentes del PSOE no quieren crear aún más crispación dentro del partido, a menos de dos meses para la celebración de las Elecciones Generales.