Es el quinto año consecutivo en que los pescadores de marisco de Corcubión (La Coruña) desarrollan su labor en playas infectadas por la bacteria E-Coli.
Dicha bacteria, de origen fecal y que se localiza en los intestinos de los moluscos, sigue apareciendo de forma muy elevada en la zona interna de la ría (4.500 unidades por cada 100 gramos de marisco).
Esta alta concentración de bacterias obliga a los trabajadores a vendérselo a fábricas conserveras a un precio muy reducido o incluso tener que resembrarlo en aguas más limpias, para transportarlos después a una depuradora especializada.
Por si no bastara con estos inconvenientes, su venta en fresco sigue vetada desde 2006 por una normativa europea, la cual obliga a las poblaciones de más de 2.000 habitantes a poseer una depuradora propia, razón por la que la Administración ha descartado seguir ofreciendo ayuda económica a los pescadores y cuyos procesos de limpieza, contaminan aún más las rías de pesca.
Rosa Quintana, conselleira de Mar, ha presentado un plan de acción para realojar el marisco de las zonas más contaminadas hacia zonas libres de contaminantes, para que una vez depuradas, vuelvan a trasladarse a las aguas de origen para su posterior venta.
Sin embargo, los trabajadores implicados temen que el traslado del marisco, unido al fin de las ayudas económicas dejen en un segundo plano lo verdaderamente importante para el desarrollo sostenible de la pesca en estas rías, la regeneración de los bancos.