Las grasas en la alimentación infantil

Uno de los principales problemas que pueden poner en riesgo la salud de los niños, está vinculado al consumo de grasas en su alimentación, ya sea por defecto o por un exceso que, con el paso del tiempo, puede llegar a generarle al niño problemas de salud graves.

Y es que, para ofrecerle una alimentación sana al niño, no hay que eliminar las grasas de ésta, ya que el cuerpo necesita de ellas para completar su desarrollo. Las grasas son necesarias para el crecimiento y el desarrollo de los niños, tanto así, como que son las encargadas del desarrollo del cerebro y de la producción de hormonas. Así mismo, las grasas también son necesarias para la absorción de ciertas vitaminas, y son unas de las encargadas de proporcionar energía a su organismo.

Sin embargo, y a pesar de que las grasas sean tan necesarias, un consumo excesivo de éstas podrían ocasionar problemas de salud graves difíciles de solucionar, ya que no todas las grasas que se ingieren son saludables para nuestro cuerpo.

Tipos de grasas

Dado que no todas las grasas que se encuentran en los alimentos son iguales, es necesario conocerlas para evitar un excesivo consumo de aquellas que son perjudiciales para la salud del niño.

Grasas no saturadas. Son aquellas que se encuentran en los vegetales y en el pescado, se las considera neutrales y hasta beneficiosas para el cuerpo. Entre éstas, podemos encontrar los tan famosos ácidos grasos omega3.

Grasas saturadas. Se encuentran en la carne y otros productos derivados de los animales, como son la mantequilla, el queso, la leche, etc… Un consumo excesivo de este tipo de grasas, podría aumentar los niveles de colesterol en la sangre, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

Grasas trans. Estas grasas son las consideradas más dañinas y se debe evitar su consumo todo lo posible, ya que están relacionadas con enfermedades cardíacas. Este tipo de grasas, se encuentran en los pasteles, galletas, alimentos fritos, snacks, etc…

Ahora bien, esto no quiere decir que haya que restringir el consumo de grasas en la alimentación infantil, ya que como se ha visto antes, son necesarias para el desarrollo y crecimiento del niño. Bastará con evitar, en todo lo posible, aquellos alimentos que contienen grasas no beneficiosas para nuestro cuerpo, haciendo consciente al niño de que debe llevar una dieta sana y equilibrada.