Rodrigo Rato, presidente de Bankia, tuvo un papel fundamental en la destitución de Luis del Rivero al frente de Sacyr. Le obligó a desprenderse de un 5% de Repsol y a romper sus relaciones con Pemex, si quería que refinanciaran un 20% el crédito a Repsol.
Fuentes próximas a la operación, confirman que “las presiones de los bancos refinanciadores de Sacyr, y por lo tanto, los accionistas que controlan en este momento a la constructora, resultaron determinantes para desplazar a Del Rivero de la presidencia de la empresa”.
Los bancos acreedores fueron muy tajantes antes del consejo general de la constructora, donde Sacyr tenía que desinvertir en Repsol para así poder reducir en un tercio, los 4.900 millones de deuda incurrida provocados por la reciente adquisición del 20% de la petrolera.
El precio de la venta de dicho paquete debería garantizar a Sacyr unos ingresos de entre 1.250 y 1.500 millones de euros, lo que coincide, aproximadamente, con el valor del 5% de la petrolera que preside Antonio Brufau.
No obstante, Del Rivero se negó en rotundo, argumentando dos premisas, “no tocar” la participación de Sacyr en Repsol (20%), y no romper el acuerdo accionarial firmado con Pemex el pasado mes de agosto.
Esta negativa aumentó notablemente las presiones de la banca sobre el resto de miembros del consejo, propiciando que Manuel Manrique, hasta entonces mano derecha del presidente, abandonara su lealtad hacia Del Rivero y votara contra su gestión.
Su apoyo resultaba fundamental para que Del Rivero pudiera continuar en la presidencia y mantuviera su alianza con Pemex en Repsol.
Veamos ahora, como con Manrique en la presidencia, se fueron desarrollando los acontecimientos en esta trama político-económica.
Tras el nuevo nombramiento, Manuel Manrique, se mostró receptivo a establecer un proceso de diálogo con Antonio Brufau, presidente de Repsol.
En el entorno de la constructora, se asegura que “la nueva dirección se inclinará por desinvertir en la petrolera, entre un 5 y un 10%, para así poder reducir la deuda y, a la vez, mostrar un gesto de complicidad a los bancos financiadores”, a menos de dos meses para el vencimiento del crédito con el que Del Rivero compró el paquete de Repsol.
El nuevo escenario contempla además la ruptura del pacto con Pemex, pese a que la empresa estatal mexicana comunicó que el acuerdo “fue firmado con Sacyr y no con Luis Del Rivero”.
Sin embargo, fuentes próximas a la operación confiesan que la constructora “no ha enseñado todas sus cartas”, ya que pretende ofrecer a Pemex, la misma participación de la que se desprenda en Repsol, a cambio de la ruptura amistosa del acuerdo.
Las mismas fuentes consultadas aclaran también que “la decisiva intervención de Rodrigo Rato”, que concluyó con la crisis interna en Sacyr, tenía también como objetivo “evitar que los intereses españoles en México se vieran afectados, sobre todo ante la más que posible llegada de un Gobierno del PP”, tras la celebración de las próximas Elecciones Generales.