En la actualidad, la concesión de créditos hipotecarios está claramente en una situación de desplome y recesión, ya que en comparación con los años de efervescencia de la burbuja inmobiliaria (2004-2007), el volumen de hipotecas contratadas ha descendido en un 87%, un dato que sumado con la inestabilidad económica, laboral y social que vive España, debería favorecer unos créditos hipotecarios más accesibles, sin embargo, la realidad es bien distinta.
No sólo existen enormes dificultades para que las entidades financieras aprueben la financiación de un crédito hipotecario, sino que en el caso de que acepten, el precio a pagar por dicho préstamo ha ido aumentando durante los últimos años.
El pasado mes de marzo, el tipo de interés medio para créditos hipotecarios en España alcanzaba su máximo histórico desde mayo del 2009, un 4,49%, el cual, ya se había establecido en un 4,37% en mayo de 2012.
Curiosamente, este incremento contrasta con la caída del Euribor, que es el índice de referencia en la concesión de créditos hipotecarios en la UE, que se estableció ligeramente por encima del 0,5%, uno de sus mínimos históricos, lo que supone que las entidades financieras estén aplicando un interés de 4 puntos (y subiendo) en la concesión de sus créditos.
De este modo, no sólo tenemos una mayor dificultad para acceder a los créditos hipotecarios, sino que también, el capital a amortizar es superior, ya que se pagan más intereses por cuota, los plazos de amortización son más cortos, ya que se han visto reducidos, pasando a 20 años de amortización, y los incentivos fiscales por compra de vivienda han desaparecido o los impuestos han sido incrementados, lo que supone una asfixia económica para aquellos aventureros que deseen adquirir una hipoteca.