La importancia de las rutinas y los hábitos para el bebé y la familia

Los niños necesitan seguir una rutina para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente familiar. Esta rutina le ayuda a construir su equilibrio emocional, el cual, le proporciona un mecanismo importantísimo para su educación y para la formación de su personalidad.

El papel de los padres en la creación de rutinas

Los padres son la principal fuente de aprendizaje para un bebé, convirtiéndose en su primer modelo de comportamiento, de ahí que sea fundamental que los adultos de la casa lleven una vida ordenada donde las rutinas sean aplicadas de forma habitual.

En este caso, los hábitos son un aprendizaje más, por lo tanto, no debemos esperar que se adquieran de forma inmediata, sino que se van asimilando de forma progresiva, repitiendo y practicando hasta que se realice ya de forma inconsciente.

Si tenemos esto en mente a la hora de incorporar una nueva rutina, posiblemente nos resulte más fácil disponer de la paciencia necesaria para que nuestro hijo haga suyo el aprendizaje. Si por el contrario, nos desesperamos y exigimos más de lo que el pequeño puede darnos, posiblemente estaremos convirtiendo el hábito, independientemente del que sea, en una experiencia negativa y desagradable que el niño no querrá volver a repetir.

Obviamente no siempre podremos obligar a nuestro hijo a cumplir estrictamente con todas las rutinas, por lo tanto, es fundamental ser flexibles en su aplicación (días especiales, celebraciones, etc…), ya que en este aspecto nunca debemos llegar a ser excesivamente estrictos.

Durante estos días especiales, resulta conveniente explicar al niño por qué nos estamos saltando las rutinas diarias, de modo que comprenda las razones del cambio, así como que se trata de algo excepcional y limitado a un determinado momento.

Del mismo modo, cuando queramos establecer una nueva rutina (deseable cada cierto tiempo) es importante que dediquemos un momento a explicarle tranquilamente qué es lo que esperamos que haga, respondiendo a sus posibles preguntas o quejas.

Por otro lado, si queremos que un buen hábito se mantenga y perdure en el tiempo, es fundamental premiarlo cuando haga las cosas bien, ya que así estaremos asociando el hecho de cumplir con la rutina con algo positivo. Un halago, un beso o dar las gracias servirán para que el niño vea que lo que hace tiene un efecto positivo y que se le recompensa por ello.