La importancia de enseñar las normas familiares

Las normas familiares permiten regular el comportamiento de los niños en función de un sistema de valores familiar. Si se aplican con coherencia, las normas familiares constituyen un marco de referencia que ofrece seguridad y confianza, contribuyendo de este modo a una adecuada autoestima, al mismo tiempo que facilitan la adaptación social y emocional.

De este modo, las normas familiares proporcionan consistencia a la dinámica familiar, por lo tanto, permiten construir la vida familiar.

Así pues, cuanta más coherencia interna tengan estas normas, mayor claridad darán a las relaciones familiares. Por el contrario, si las normas no son claras, la dinámica familiar tampoco, lo que resultará tremendamente perjudicial para los más pequeños.

Veamos a continuación porqué las normas familiares son fundamentales en la construcción y mantenimiento de cualquier familia.

Proporcionan confianza

Si el niño sabe qué es lo que puede y lo que no puede hacer, tendrá una sensación de tranquilidad interna. Gracias  ello, sabrá hasta dónde puede o no puede llegar y, especialmente, qué puede esperar de los padres, los hermanos y demás familiares.

En niños de muy corta edad, el uso de rutinas repetitivas les ayuda a tener la certeza de que sus necesidades básicas van a ser atendidas en todo momento.

Fomentan el autoestima

Las normas familiares generan en el niño la sensación de saber qué va a ocurrir en cada momento, este hecho le proporciona una sensación de control permanente sobre lo que le rodea, sabiendo cómo actuar para cada caso, de tal modo que “portándose bien” sabrá que obtendrá algún tipo de premio o reconocimiento.

Disponer de la capacidad para poder anticiparse y tener preparada una respuesta adecuada a cada situación, hará que el niño se perciba como eficiente, ya que sabrá responder a lo que exija cada situación.

Facilitan la adaptación social y emocional

Las normas familiares permiten que el niño reconozca qué le está permitido hacer en cada momento, ayudándole a saber diferenciar entre unas situaciones y otras. Además, el hecho de seguir unas normas de convivencia estructuradas y coherentes en casa, le permitirá en un futuro adaptarse a las normas establecidas por la sociedad con la que convive.

Así pues, si los padres son claros a la hora de establecer las normas familiares y los límites de comportamiento, facilitarán la labor de cumplirlos por parte del pequeño, y en consecuencia, tendrá la posibilidad en un futuro de saber lo que está bien y lo que está mal, independiente de quien imponga la norma.