| Viernes 8 abril 2011 |
La historia de Blu y Perla. El héroe de “RÍO” es Blu, un guacamayo domesticado al máximo, el último macho de su especie, que nunca aprendió a volar. Jesse Eisenberg, reciente candidato al “Oscar al Mejor Actor” por “La Red Social”, presta su voz a Blu.
La odisea de Blu comienza en la selva brasileña, un ambiente algo menos domesticado, donde, siendo un polluelo, experimenta las alegres melodías musicales de centenares de pájaros, lo que provoca que los sonidos inspiren al jovencísimo Blu, a realizar su primer intento de vuelo, que acaba abruptamente cuando él y otros varios pájaros son capturados por contrabandistas.
La siguiente vez que vemos a Blu, está viviendo cómodamente en una pequeña ciudad de Minnesota con su dueña y amiga del alma Linda, doblada por Leslie Mann. Años atrás, Linda había adoptado a Blu, que había sido transportado por los contrabandistas a este glacial mundo.
Ahora, Blu y Linda son inseparables, estando en la abrigada comodidad del hogar y la librería de Linda, Blu se desarrolla, se vuelve tan domesticado que, en realidad, tiene más de ser humano que de ave, ya que sabe hacer el desayuno, cepillarse los dientes, hacer el café de la mañana y ser el despertador de Linda.
Pese a sus frustraciones, debidas a su incapacidad de volar, Blu y Linda están contentos. Leslie Mann dice que “ellos llevan juntos una vida sencilla en Minnesota y que Linda es muy casera, Blu es su amigo del alma y los dos son muy felices”.
Pero sus vidas dan un vuelco con la llegada de Tulio (doblado por Rodrigo Santoro), un científico excéntrico que ha recorrido medio mundo (desde Río a los EE. UU.) con las noticias de que Blu, es el último macho de su especie, y de que Tulio quiere que Blu vaya a Río para conocer a la última guacamaya, cuyo nombre es Perla.
De modo que se esfuerza, al máximo, para convencer a Linda y a Blu para que emprendan el largo viaje a Río. Linda y Blu no tienen tantos deseos de desarraigarse de su feliz hogar, por lo que no salen mucho y desplazarse a una tierra lejana, les da miedo a ambos.
Tras intensa deliberación, Linda y Blu toman la fatídica decisión de viajar a Río, donde Blu conocerá a su semejante, Perla, donde ambos, los presuntos tortolitos, no pueden ser más distintos, ya que Blu está domesticado y se siente feliz pasando el tiempo en una jaula, mientras que Perla es ferozmente independiente y odia la idea de verse confinada en un ambiente limitado.