La leche de soja en lactantes suele emplearse para aquellos bebés que presentan galactosemia o deficiencia congénita de lactasa, y cuando éstos tienen unos padres vegetarianos o veganos que no quieren que su hijo consuma productos derivados de los animales.
Además, actualmente, son muchos los padres que optan por la fórmula a base de soja para alimentar a sus pequeños cuando éstos presentan alergia a la leche de vaca, aunque se ha de saber que los bebés que son alérgicos a la leche de vaca también pueden serlo a la leche de soja, por lo que será muy importante consultar con el pediatra antes de tomar una decisión.
La leche de soja en la alimentación del bebé
Si finalmente los padres deciden ofrecerle al bebé leche de soja, deben tener en cuenta una serie de cosas para que este hecho no repercuta en el desarrollo de su hijo. La leche de soja:
– Ha de ser entera, evitando las que sean bajas en grasas o sin grasas, ya que éstas son importantes para el desarrollo cerebral del bebé. Sólo se optará por la leche de soja baja en grasas o sin grasas, si éstas pudieran poner en peligro al pequeño o si el pediatra lo estimara oportuno.
– Ha de estar fortificada con vitamina A, vitamina D y calcio. En este sentido, y dado que estas sustancias son imprescindibles para un correcto desarrollo, se podrá enriquecer la dieta del bebé con otros alimentos ricos en calcio, ya que la leche de soja contiene fitatos, los cuales, reducen la absorción de calcio.
– Al provenir de plantas, no presenta ningún tipo de vitamina B12, la cual, sólo se encuentra en alimentos de origen animal, por lo que habrá que proporcionársela mediante otros medios para que el bebé tenga los nutrientes adecuados que necesita.
– Se puede adquirir con sabor o los padres pueden añadirle un sabor agradable para el pequeño, ya que es muy probable, que el sabor propio de esta leche no le agrade a los bebés.
Para finalizar, decir que no se ha demostrado que la fórmula a base de soja tenga beneficios para el lactante, siempre y cuando éste no presente un estado de salud que la requiera. Sin embargo, y aunque no existe una evidencia científica sobre ello, sí que se ha debatido mucho sobre los efectos que pueden provocar los fitoestrógenos contenidos en la misma, los cuales, pueden repercutir en el desarrollo del bebé.