Ayer se disputó el partido de ida de la Supercopa de España, donde los dos gigantes del fútbol español mostraron las sensaciones de pre-temporada y cuyo primer escenario, el Santiago Bernabéu, presentó casi un lleno absoluto, lo que indica que el aficionado merengue confía en que esta temporada sea la del punto de inflexión, en el cambio de ciclo.
Curiosa la estampa vista en los colorido de la afición, mezclando camisetas blancas con portugueses, en un claro gesto de apoyo a su técnico, que a través de repetir un mensaje propagandístico, en el que el Barça siempre se ha situado en el centro de dichas críticas, de modo que ha conseguido unificar a la afición en torno a él.
Una mezcla de incertidumbre y convicción recorría los entresijos del feudo blanco, “aquest any sí” decían los culés no hacía mucho tiempo y repiten ahora los aficionados blancos, ya que tras los enfrentamientos de la temporada pasada, el pensamiento era de que este año se podía derrotar a los Campeones de Liga y Europa.
Una clara muestra de este positivismo fue la tremenda presión ejercida sobre el trío de trencillas durante todo el partido, en cada decisión en contra, en cada lance del juego, incluyendo también a los jugadores blaugranas, en especial un Dani Alves, cuyo recuerdos pasados lo han convertido en enemigo acérrimo del madridismo o incluso David Villa, el cual, fue despedido entre gritos de “Raúl, Raúl, Raúl” al ser cambiado en la segunda parte.
El desenlace de este primer episodio, el próximo miércoles a las 23:00, donde si bien el Real Madrid mostrará un nivel similar al ejecutado en la noche de ayer, el FC Barcelona intentará no dejarse ahogar y hace valer ante su público, que quien decidirá el cambio de ciclo, no será el Real Madrid.