La investigación iniciada por el ministerio de Interior, tras los incidentes de tres agentes antidisturbios contra varios manifestantes “indignados” durante la celebración de las JMJ, continúa abierta, en un intento de confirmar la culpabilidad de los agentes sancionados.
Como ya contamos, las primeras evidencias que fueron presentadas contra los agentes antidisturbios expedientados, resultaron ser bastante confusas para los responsables de la investigación.
Los vídeos analizados por la Dirección General de Policía, y que provocaron la sanción a los agentes antidisturbios, mezclaban distintas imágenes, lo que a posteriori, produjo un error en la identificación de los policías.
De este modo, mandos de la Policía Nacional afirman que “dos de los tres agentes de la Unidad de Intervención Rápida a los que Interior decidió sancionar, no se encontraban en el lugar de los hechos mientras se produjo la agresión a una manifestante, por parte de un grupo de agentes uniformados“.
Dichas afirmaciones, sumadas a la mala calidad de los vídeos analizados, han hecho que el inspector jefe que instruye la investigación, haya decidido convocar a los 500 agentes antidisturbios que se encontraban en el dispositivo de la manifestación anti-JMJ del pasado 18 de agosto, para que declaren, en un intento de obtener un testimonio, que sin ningún tipo de dudas, incrimine a los acusados.
Fuentes policiales consultas han confesado que “determinados interrogatorios han llegado a durar hasta dos horas“.
Una de las primeras cuestiones realizadas a los agentes tenía que ver con su localización exacta en relación durante el dispositivo organizado por la Policía Nacional.
“Como el principal argumento de defensa de dos de los tres expedientados, es que se encontraban en Sol mientras sucedían los hechos denunciados, pretenden que alguno niegue dicha afirmación para poder inculparlos“, admiten estas fuentes.
Además, los antidisturbios también fueron preguntados sobre las siguientes cuestiones: “Los compañeros que durante el dispositivo les acompañaban, qué órdenes recibieron, la hora exacta a la que llegaron a su puesto en la plaza y cuándo lo abandonaron, y los incidentes que tuvieron con los manifestantes“, confirman estas fuentes policiales.
Ante la ausencia de una declaración que inculpe directamente a los tres expedientados, los investigadores están recurriendo al análisis de todas las grabaciones registradas en las comunicaciones establecidas entre los agentes antidisturbios aquella noche, con el objetivo de encontrar alguna pista que permita esclarecer el asunto.