Altos directivos del BCE han mostrado su malestar ante el anuncio de Rubalcaba de recuperar el impuesto sobre el Patrimonio, argumentando que es una “medida improvisada” y que no será aplicable sobre las grandes fortunas de España.
En el BCE no dejan de observar cada uno de los movimientos que va realizando el Gobierno de España, sobre todo, desde que se situó en la “diana de los mercados”, tras los desplomes de Grecia, Irlanda y Portugal.
En este contexto, se pone en duda cuál será la postura de los inversores internacionales sobre la situación financiera española al observar que los gobernantes españoles ejecutan sus políticas con una improvisación similar a del Gobierno griego.
En Frankfurt consideran que la aplicación de este impuesto no va a recaer sobre quienes realmente deben abonarlo, sino que serán las clases medias, de nuevo, las “más castigadas” por dicha tasa.
De hecho, el impuesto fue suprimido bajo este argumento en 2008, por el entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes.
Además, el hecho de que se trate de un impuesto que pagarán unos sí y otros no, en función del lugar de España en el que se resida, ha desconcertado a los directivos del Banco Central Europeo, ya que en caso de que se tramiten las amenazas de los Gobiernos autonómicos del PP, opositores a esta medida, supondrá el reforzamiento de la teoría de que el actual Ejecutivo español, no tiene la autoridad requerida para llevar a cabo las reformas económicas necesarias.