Los Futuros y Opciones son básicamente derivados financieros, es decir, instrumentos financieros cuya cotización varía en función del precio que establezca su activo subyacente, el cual, puede ser un bono, una acción o una letra de deuda pública.
Estos tipos de derivados suelen emplearse como una forma de reducir el riesgo de un capital invertido en operaciones de cobertura (estrategias utilizadas por un inversor, mediante las cuales, se mantiene una posición que asegura el resto de posiciones abiertas en el sentido opuesto) o en operaciones especuladoras.
Estos instrumentos financieros operan dentro de mercados organizados, como por ejemplo, el MEFF que opera aquí en España, por lo tanto, incluye el respaldo de una cámara de compensación que permite garantizar que la operación pueda llevarse a cabo sin problemas.
Así pues, veamos ahora con más detalle en qué consisten este tipo de derivados financieros:
– Futuros: Se establece un contrato entre dos partes, mediante el cual, el vendedor se compromete a vender un activo subyacente determinado, en una fecha y a un precio previamente pactado.
Una de las principales ventajas de los Futuros radica en que tanto los beneficios como las pérdidas son liquidados diariamente y en función del resultado del activo subyacente, por lo tanto, siempre va a haber liquidez disponible para garantizar los pagos.
– Opciones: Se establece un contrato entre dos partes, mediante el cual, el comprador adquiere el derecho, pero no la obligación como en el caso anterior, de comprar o vender un determinado activo o parte de él, en una fecha y a un precio previamente pactado.
Existen dos tipos de Opciones distintos:
– Call (opción de compra) y Put (Opción de venta)
Y la posibilidad de realizar hasta 4 operaciones diferentes:
– Comprar Call: Se adquiere el derecho de comprar un determinado activo subyacente, en una determinada fecha y previo pago de una prima.
– Vender Call: El vendedor está obligado a vender el activo subyacente, si el comprador decide ejercer su derecho de compra.
– Comprar Put: El comprador tiene derecho a vender un activo subyacente, previo pago de una prima.
– Vender Put: El vendedor está obligado a comprar el activo subyacente, si el comprador decide ejercer su derecho de venta.
De este modo, si un inversor cualquiera piensa que el valor de un activo subyacente va a subir, optará por comprar Futuros, por comprar Call o por vender Put. En cambio, si cree que la cotización caerá, venderá Futuros, venderá Call o comprará Put.