Elena Bárcena Argüelles, Francisco Pérez Lekue y José Ignacio Etxarte Urbieta fueron detenidos abordo de una embarcación privada, cuando se dirigían a Venezuela procedentes de Cuba.
Etxarte Urbieta, alias “Rizos” y “María Antonia”, fue procesado el 1 de marzo de 2010 por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, donde quedaron demostrados claros indicios de cooperación entre el Gobierno de Venezuela, la banda terrorista ETA y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según un documento intervenido en 1999 al ex-dirigente etarra José Javier Arizkuren Ruiz, “Kantauri” y presentado en el juicio, Etxarte había solicitado autorización oficial a la organización terrorista para realizar “pruebas de guerra” en Venezuela, consistentes en el lanzamiento de granadas o morteros con 40 kg de explosivo.
El juez Velasco señaló también que Etxarte había sido deportado a Cabo Verde por las autoridades galas en 1986, “desde donde inició una huida para refugiarse en Cuba”. Trayecto similar realizó Elena Bárcena, que fue una de las integrantes del aparato político-militar de ETA, deportadas también en 1985 a Cabo Verde, país que abandonó en octubre de 1989 para instalarse junto a Etxarte en Cuba.
Bárcena fue acusada de participar en la colocación de seis artefactos explosivos en distintos edificios administrativos públicos del País Vasco entre 1980 y 1982, del secuestro del cónsul de Portugal en Donosti y de tratar de explotar una patrullera de la Armada, en el puerto de Pasajes (Guipúzcoa).
En cuanto a Francisco Pérez Lekue, se integró, a mediados de los años 80, dentro del “comando Madrid” de ETA, que en la actualidad permanece todavía activo.