La primera respuesta es sí, España podría abandonar el euro y retornar a la peseta o a otra divisa nacional, no obstante, hay que recalcar que este hecho no supondría el abandono de la Unión Europea, sino exclusivamente de la moneda única.
Además, esta medida tampoco supondría la imposibilidad de recibir ayudas financieras por parte de la UE (aunque obviamente, no estaría muy dispuesta a financiar nuestra deuda pública) o que la exportación de los productos españoles fuera vetada en el resto de miembros de la Comunidad Europea.
Aclarado el contexto europeo que tendría España tras aprobar su salida el euro, pasemos a enumerar los posibles beneficios que traería consigo dicha medida.
La medida más importante a adoptar, tras el abandono del euro, consistiría en la inmediata devaluación de la moneda en curso (en este caso, la peseta), estableciendo un tipo de cambio hipotético de 300 o400 pesetas por euro.
¿Qué supondría este hecho? Pues que la importación de productos a países que poseen una moneda más fuerte (zona euro) sería más caro, lo que en un principio podría suponer que el déficit público se incrementara, sin embargo y como contraposición a esta situación, la exportación de productos españoles sería más barata para nuestros vecinos europeos, lo que supondría un aumento de la competitividad y de la demanda de dichos productos en el extranjero, incluido el turismo.
El abandono del euro supondría también no estar sometido al pacto de estabilidad europeo, suprimiendo las injerencias de la UE en la economía nacional y proporcionando libertad al ejecutivo, en lo referente a la gestión del gasto público, incluso y si realmente la clase política velara por los intereses del pueblo español, se podría declarar la deuda pública externa como ilegal y no pagarla.