Las operaciones a corto en la Bolsa española prohibidas por el Gobierno español han provocado que los ataques de los especuladores financieros se desvíen hacia los bancos franceses y alemanes. Desde el sector bancario se interpreta como una medida de presión del Gobierno de Rajoy a François Hollande y Angela Merkel.
El veto de dichas operaciones a corto aprobadas en España está suponiendo un tremendo castigo para el sector bancario de Francia y Alemania, ya que las entidades de ambas naciones poseen una enorme cantidad de deuda soberana española e italiana, y por tanto, ahora se han convertido en el principal objetivo para los especuladores financieros.
Una vez descartadas las empresas del Ibex35 para ejecutar un ataque especulativo, la gran banca francesa (BNP Paribas bajó su cotización horas después de anunciarse la prohibición de las ventas a corto, un 5,5%, y Société Générale, un 4,6%) y el principal acreedor europeo (Deutsche Bank se desplomó un 4,5%) se han situado en el punto de mira de las operaciones financieras de alto riesgo.
Según diversas fuentes consultadas, este giro de los “Hedge Funds” ha suscitado un estado de alarma en la administración francesa y alemana, las cuales, han solicitado a las entidades bancarias que “extremen la prudencia respecto a España“.
Estas mismas fuentes financieras, interpretan el movimiento como una “maniobra de presión” del Gobierno de España hacia las autoridades europeas, con el objetivo de “acelerar una posible solución a la crisis de deuda que está golpeando duramente a España“.
El objetivo subyacente de dicha maniobra consistiría en obtener el apoyo del presidente francés François Hollande y del italiano Mario Monti, como partícipes en la configuración de un bloque común de presión que interviniera en las decisiones que pudiera adoptar la canciller, Angela Merkel, respecto al futuro económico de España y de la zona euro, proporcionándole liquidez a través del BCE, con tal de alejar su sistema financiero del punto de mira de los especuladores financieros.