Durante el periodo de gestación de una perra embarazada será necesario, entre otro tipo de cuidados, modificar su dieta, ofreciéndole un mayor aporte vitamínico y nutricional, ya que durante dicho periodo, precisará de esas sustancias para que tanto ella como los cachorros se desarrollen de una manera adecuada.
Un alimento fundamental en este periodo, es el agua, el cual, no debe faltar. No obstante, dentro de esta dieta, también se le podrá ofrecer a la perra embarazada una cantidad moderada de leche de vaca.
Este alimento es rico en vitamina D, lo que favorece la absorción de calcio y fósforo, proporcionando con su ingesta la cantidad de calcio necesaria para que tanto los huesos como las dentaduras de los cachorros se desarrollen correctamente. Del mismo modo, fortalecerá los propios huesos de la perra, los cuales, tienen que adaptarse a los cambios físicos que se van a producir durante el embarazo.
Por los tanto, la leche de vaca es aconsejable para perras embarazadas, pero en su justa medida, debido a que si se le proporciona una cantidad excesiva, la perra no será capaz de digerirla, pudiendo llegar a provocarle problemas digestivos, como por ejemplo, diarreas o vómitos. Estos síntomas la debilitarían y podrían poner en peligro el crecimiento de los cachorros.
La leche de vaca, como se ha mencionado anteriormente, ha de administrarse en pequeñas cantidades y a una temperatura templada, evitando que esté muy caliente o muy fría.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta, es que algunos perros pueden ser intolerantes a este tipo de leche, por lo que si se observara algún síntoma fuera de lo común, a pesar de haber seguido los consejos anteriores, será fundamental retirar la leche de vaca de la dieta de la perra embarazada y acudir al veterinario para pedir asesoramiento y comprobar que todo marcha correctamente.