Introducción:
No todo el mundo dispone de las armas necesarias para ligar o llamar la atención de la persona que le gusta. Descubre si tú las tienes con este test.
Preguntas:
1. ¿Cuándo alguien te gusta que haces para llamar su atención?
a) Me basta con un cruce de miradas y una sonrisita. (Sí)
b) Nada, me muero de la vergüenza. (No)
c) Hablo con esa persona e intento mostrar lo mejor de mí. (A veces)
2. Imagina que se acerca la persona que te gusta, ¿qué haces?
a) Intento esconderme para que no me vea hacer el ridículo. (No)
b) Intento hablar con ella pero casi siempre se me adelantan. (A veces)
c) La llamo y la digo de quedar por la tarde. (Sí)
3. A la hora de hablar con la persona que te gusta, ¿cómo te muestras?
a) Con un poco de nerviosismo. (A veces)
b) Con tanta vergüenza, que suelo quedarme sin habla. (No)
c) Con mucha seguridad. (Sí)
4. Si te gusta alguien, ¿sueles pedir a algún amigo que te ayude?
a) No suelo necesitar ayuda en estos casos. (Sí)
b) Siempre, me cuesta mucho romper el hielo. (No)
c) Alguna vez, aunque le pido que no tome mucho protagonismo. (A veces)
5. ¿Sueles utilizar halagos y regalos con la persona que te gusta?
a) Lo intento, aunque lo hago anónimamente. (No)
b) Sí, aunque no siempre me funcionan. (A veces)
c) Sí, es la mejor manera de ligar. (Sí)
Respuestas:
Sí: No se puede dudar que has nacido con un don innato para ligar y es que lo haces tan bien que nadie se te resiste. Además no tienes que esforzarte mucho, ya que con una simple miradita y una sonrisita te camelas a la persona que quieres en un abrir y cerrar de ojo, pero no te confíes, porque lo más seguro es que llegue alguien que te pare los pies.
No: Lo intentas, pero no eres capaz, y es que tienes demasiado miedo y vergüenza a meter la pata y ser rechazado que evitas casi el contacto con la persona que te gusta, algo que, evidentemente, no te ayuda nada. Deberías intentar echarle valor y mostrarte tal y como eres, igual te llevas una buena sorpresa.
A veces: No se puede decir que seas un Don Juan, pero al menos lo intentas. Suele costarte romper un poco el hielo, y en algunas ocasiones pides ayuda a algún amigo para que te vaya allanando el camino, algo bueno, pero que puede volverse en tu contra, así que, deja a un lado los nervios e intenta tomar la delantera por ti mismo.