Saif al Islam, hijo mayor de Muammar Gadafi, utilizó durante el año pasado y en varias ocasiones, el aeropuerto de Ciudad Real para tomar tierra con su avión privado y poder asistir a unas cacerías privadas, de las que es un fervor aficionado.
El Gobierno autorizó en numerosas ocasiones que se abriera este aeropuerto para recibir al hijo del dictador libio, pese a que dicho aeropuerto apenas registra tráfico y su cierre está previsto para finales de octubre, debido a su baja rentabilidad.
Una de las cacerías a la que fue invitado Saif se produjo el año pasado en Aldea de Fresno (Madrid) invitado por Alejandro Agag, yernísimo de José María Aznar, amigo cercano del dirigente Libio.
Aunque estas visitas se produjeran antes del inicio de las revueltas en el país africano, no deja de ser curioso como “antes de estas revueltas” la comunidad internacional no tuviera ningún problema con la familia dirigente del Gobierno de Libia, por lo que todo hace indicar que la falta de libertades, el abuso de poder, la corrupción y el genocidio de la población autóctona hubiera comenzado hace pocos meses, pese a que el coronel Gadafi lleva en el trono más de 40 años.