Las informaciones que viene publicando el diario El Mundo, sobre el polémico “caso Campeón”, en el que se ha visto implicado el ministro José Blanco, ha resultado para algunos directivos del periódico, la mejor exclusiva del año, para otros en cambio, el incumplimiento de sus propias normas.
Me cuenta mi “enano infiltrado” que algunos de los máximos responsables de la redacción encabezada por Pedro J. Ramírez, no se sienten del todo cómodos por el modo en el que está comportándose el periódico, incluso algunos, ya se lo han hecho saber al director.
Aseguran estos “indignados” que, con el “caso Campeón“, El Mundo ha incumplido una regla no escrita pero respetada en la redacción desde sus inicios: “No publicar escándalos que puedan influir en las elecciones, durante la campaña o la precampaña electoral”.
Dichos directivos ponen como ejemplo lo sucedido en el año 1993, cuando El Mundo disponía de una “jugosa” información que podía perjudicar a Felipe González y al Gobierno socialista.
En aquel momento, tanto la redacción como el propio director, optaron por obviar dicho escándalo, a sabiendas de que los sondeos realizados daban como vencedor a Felipe González, de modo que si El Mundo, recuerdan, “hubiera publicado dichas informaciones, probablemente el resultado electoral no habría resultado el mismo”, por ello, Pedro J. Ramírez decidió entonces reservar la información para otro momento.
Algún alto directivo critica que “se trata de un caso con evidencias demasiado circunstanciales” y que en su opinión, “José Blanco puede que no haya cometido ninguna irregularidad”.
Además y en relación a los mensajes de móvil interceptados, comentan que “los políticos reciben sms de muchísima gente de todos los ámbitos, lo que no significa que estén actuando al margen de la ley”.