El Cardo Mariano (Silybum marianum) es una hierba medicinal que presenta excelentes propiedades terapéuticas orientadas a la protección y conservación del hígado.
Para aprovecharse al máximo de estos beneficios protectores hepáticos, es necesario no sólo conocerlos, sino también, determinar la forma en que debe consumirse esta planta.
El principio activo del Cardo Mariano es la “silimarina”, un compuesto que actúa no sólo como un antioxidante natural del hígado, sino que también, promueve la regeneración de células hepáticas y el crecimiento de nuevo tejido.
Por esta razón, si se padecen diferentes problemas hepáticos, como por ejemplo, hepatitis, cirrosis, daño hepático causado por la interacción de medicamentos o virus, hígado graso, etc…, el Cardo Mariano puede ser una excelente alternativa natural para tratarlos y aliviar sus efectos, o bien, prevenirlos.
Veamos a continuación las formas en las que podemos consumir la planta de Cardo Mariano:
En extracto
Debe contener, al menos, un 80% de Cardo Mariano. En este caso, los datos de la dosificación del extracto de silimarina se establecerían entre los 300 y los 600 mg al día.
En comprimidos
Asegurándonos de que únicamente contenga silimarina, y que ésta sea 100% natural.
En infusión
A pesar de que la silimarina es una sustancia poco soluble en agua, a través de una buena preparación es posible beneficiarse de todas sus propiedades protectoras.
En el caso de las infusiones, se pueden combinar con limón y suplementos de diente de león, boldo o alcachofa, los cuales, son todos conocidos por ser excelentes depuradores hepáticos.
Aunque en principio, los 3 modos de ingestión del Cardo Mariano son válidos e igual de eficientes para la salud de nuestro hígado, es recomendable consultarlo previamente con nuestro médico, para que sea él quien nos advierta sobre los posibles efectos secundarios que podría provocar el consumo de esta planta sobre nuestro organismo.