Las autoridades saudíes han confirmado la concesión del megaproyecto de construcción del AVE Medina-La Meca a un consorcio de constructoras españolas, valorado en 6.700 millones de euros. El apoyo del Gobierno de Zapatero a la edificación de un Centro Interreligioso, resultó fundamental.
Hace pocos días, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, acudió rauda a Viena, para apoyar con su firma la constitución del “Centro Rey Abdalá bin Abdelaziz para el Diálogo Interreligioso e Intercultural”.
Un proyecto promovido por el régimen saudí y que tiene por objetivo convertirse en la institución responsable de la prevención y solución de conflictos musulmanes, en Europa.
España se sumó con gran entusiasmo a la iniciativa, ya que paralelamente se estaba decidiendo la adjudicación del contrato del AVE Medina-La Meca.
A la iniciativa saudí se “acopló” Austria, que albergará la sede del Centro, y España, que lo enmarca dentro de la Alianza de Civilizaciones decidió apostar por el proyecto, a pesar de las numerosas críticas recibidas, ya que Arabia Saudí no es precisamente el mejor modelo de tolerancia religiosa.
Y es que curiosamente, a los 12 días de producirse la firma de constitución del Centro Interreligioso en Viena por la ministra española, se ha producido el anuncio de tan “jugosa” concesión.
El consorcio español adjudicado, formado por las empresas públicas Renfe Adif e Ineco (dependientes de Fomento) y las privadas OHL, Cobra (ACS), Consultrans, Copasa, Imanthia, Inabensa, Dimetronic, Indra y Talgo serán las responsables finales de la construcción del AVE.
Talgo será la responsable de proporcionar los 35 trenes que configuran el trayecto completo, un recorrido, que las empresas españolas abarcan el 88% de un consorcio conocido como “Al-Shoula”, y que completa con la incorporación de dos sociedades saudíes, Al Shoula y Al Rosan.
Se estima que el tren de alta velocidad será utilizado por millones de peregrinos, que podrán realizar los 450 Km que separan Medina de La Meca, en tan sólo dos horas y media.