El Colinabo (Brassica napus var. napobrassica) es una planta hortícola y forrajera de la familia de las crucíferas. Se cree que es de origen asiático, naciendo a partir del cruce entre un repollo y un nabo. Este cultivo, aparte de ser bastante desconocido, es muy sencillo de cultivar, por lo que os animamos a cultivarlo y a probar esta hortaliza que no se encuentra fácilmente en el mercado.
Siembra del Colinabo
La siembra del Colinabo se debe realizar en primavera, enterrando cada semilla a unos 2 cm de profundidad y dejando unos 30-45 cm entre las hileras de plantación, así como una distancia de 15-20 cm entre planta y planta.
Condiciones climatológicas del Colinabo
El Colinabo es un cultivo que prefiere climas húmedos, y que soporta bien las heladas y las bajas temperaturas. Sin embargo, para su correcto crecimiento necesita de una buena cantidad de luz solar, por lo que se ha de ubicar en un lugar a pleno sol, o al menos, de semi-sombra.
Suelo del Colinabo
Este cultivo no precisa de un suelo especial, simplemente bastará con trabajar y airear el suelo del que disponemos para que sea más ligero y esponjoso, favoreciendo así el crecimiento del Colinabo. Del mismo modo, si el suelo no presentase los suficientes nutrientes, necesitaríamos añadirle materia orgánica.
Es importante que el suelo del Colinabo se mantenga siempre húmedo, por lo que será necesario realizar riegos periódicos para mantener cierta humedad, pero evitando los encharcamientos. Para evitar esto, bastará con elegir un suelo con un buen drenaje.
A este respecto, se puede colocar un buen mantillo alrededor de las plantas, manteniendo así la humedad y evitando la aparición de malas hierbas que podrían desfavorecer el crecimiento del Colinabo.
En cuanto al fertilizante, no es necesario abonarlo periódicamente, sin embargo, sí que se le puede ofrecer cuando los tallos inferiores comienzan a hincharse, mejorando de este modo la producción.
Cosecha del Colinabo
La cosecha del Colinabo podrá llevarse a cabo pasados unos 50-90 días después de la siembra, o bien cuando el Colinabo haya alcanzado un diámetro de entre 5 y 7,5 cm. Es muy importante no dejarlos crecer más, ya que en este caso se volverían fibrosos y amargos, imposibles de comer.