El Azuki (Vigna angularis), también conocida como soja roja, es una legumbre muy cotizada en los países asiáticos, debido a la gran cantidad de propiedades beneficiosas que presenta para la salud del ser humano.
Tal y como se puede suponer, el Azuki es muy similar a la soja que todos conocemos, lo único que las diferencia es que ésta presenta un color rojo intenso muy característico.
Siembra del Azuki
La siembra del Azuki debe realizarse a finales del invierno, entre los meses de febrero, marzo o incluso, abril, y siempre mediante las semillas. Éstas se han de colocar a una profundidad de entre 2 y 4 cm, dejando unos 20-30 cm entre planta y planta y una separación en las hileras de plantación de entre 50 y 70 cm.
Condiciones climatológicas del Azuki
El Azuki es un cultivo de climas cálidos, que precisa de cierta cantidad de luz solar al día, por lo que será importante ubicarlo a semi-sombra o a pleno sol para obtener un mejor rendimiento.
La temperatura idónea para su correcto crecimiento debe oscilar entre los 20 y los 30oC, no obstante, el Azuki puede soportar las heladas suaves, siempre y cuando no sean muy continuadas.
Suelo del Azuki
Este cultivo precisa de un suelo similar al de la soja, prefiriendo uno rico en nutrientes, ligeramente ácido (pH entre 5,8 y 6,4) y húmedo, pero bien drenado.
En cuanto al riego, y dado que precisa de un suelo húmedo, se debe regar frecuentemente, pero evitando siempre los encharcamientos. A este respecto, es interesante colocar un acolchado alrededor de las plantas, consiguiendo así retener la humedad del suelo y disminuir el gasto de agua.
Será interesante añadirle un abono específico, si no se dispone de un terreno adecuado, asegurando así la germinación y posterior floración del Azuki.
Cosecha del Azuki
La cosecha podrá realizarse en verano, a los 110 ó 120 días de la siembra. Trascurrido este tiempo, el Azuki se podrá recoger fresco o semi-fresco, pudiendo dejarlo secar para la obtención de la legumbre.