La Espinaca (Spinacia oleracea) es una de las verduras con mayor aporte de minerales y vitaminas, por lo que es incluida en multitud de recetas, las cuales, nos resultarán mucho más sabrosas si este ingrediente procede de nuestro propio huerto.
Es un cultivo anual que no requiere de excesivos cuidados para disfrutar de todas sus propiedades. Veamos a continuación cómo cultivarla, cuidarla y cosecharla.
Siembra de la Espinaca
La siembra de las semillas de Espinaca se hace directamente en la tierra, enterrándolas a unos 2 cm de profundidad, y formando hileras con una separación de 30 cm entre ellas, y de 10 cm entre planta y planta.
Si la siembra se realiza en maceteros, simplemente habrá que esparcir las semillas por toda la superficie, dejando una separación de 20 cm entre planta y planta.
Suelo de la Espinaca
La Espinaca prefiere los suelos ricos y húmedos, aunque puede crecer en cualquier tipo de suelo, siempre y cuando éste disponga de suficiente materia orgánica. En pequeños huertos o maceteros bastará con añadir una cantidad generosa de compost a la tierra.
A la Espinaca no le gustan los suelos ácidos, es decir, no tolera valores de pH superiores a 6,7, siendo lo ideal unos valores entre 6 y 6,5.
Germinación de la Espinaca
La Espinaca es una planta que no soporta el calor prolongado durante su crecimiento, reaccionando con una floración temprana y un sabor excesivamente amargo al cosecharla.
Por esta razón, el periodo ideal para su plantación coincide con el inicio de la primavera o el otoño, periodos en donde la temperatura es más templada.
Riego de la Espinaca
La Espinaca es una planta que debe ser regada de forma constante, para así mantenerse siempre húmeda, aunque evitando posibles encharcamientos en la tierra, ya que el agua acumulada pudriría sus raíces.
Condiciones climatológicas de la Espinaca
La planta de Espinaca puede desarrollarse perfectamente sin excesiva exposición al sol. Esto la convierte en una planta ideal para ubicarla en zonas de interior o con mucha sombra.
Cosecha de la Espinaca
Para recolectar la Espinaca no es necesario arrancar toda la planta, únicamente es necesario ir extrayendo sus hojas externas, ya que las pequeñas hojas internas volverán a crecer rápidamente.
La cosecha se realizará unos 2 meses después de haberla sembrado, coincidiendo con el inicio del verano o del invierno, evitando de ese modo tanto los bochornos como las heladas.