La Betarraga (Beta vulgaris), comúnmente conocida como remolacha, se está haciendo un hueco en las cocinas de todos los hogares, ya que además de ser utilizada para la producción de azúcar y colorante, recientemente se ha descubierto que presenta un atractivo sabor. Es por esto que si se desea cultivar Betarraga en nuestro propio huerto, para la elaboración de platos orgánicos, se han de tener en cuenta una serie de aspectos.
Siembra de la Betarraga
La siembra se debe realizar a finales de la primavera, y directamente en la tierra, a una profundidad de 2 cm, dejando una separación entre planta y planta de entre 8 y 25 cm, dependiendo del tamaño que se quieran obtener las Betarragas. Del mismo modo, y debido al tamaño que alcanza cada planta, la distancia entre las hileras de plantación ha de ser de al menos 30 cm.
Si se desea plantar en una maceta, ésta ha de tener una profundidad de, al menos, 25 cm y una capacidad de 4 L.
A este respecto, debemos mencionar que antes de realizar la siembra se recomienda remojar las semillas un par de días antes.
Condiciones climatológicas de la Betarraga
La Betarraga precisa de unas condiciones climatológicas frescas y húmedas para su correcto desarrollo, siendo necesario ubicarla en un lugar donde pueda estar expuesta a la semi-sombra.
Es un cultivo que tolera bien las heladas suaves, pero precisa de una temperatura de entre 15 y 18oC para un óptimo crecimiento.
Suelo de la Betarraga
Este cultivo precisa de un suelo fértil y rico en potasio, por lo que si no disponemos de un terreno que presente estas características, tendremos que añadirle materia orgánica y potasio mediante abonos específicos, pudiendo ser necesario abonar la Betarraga a lo largo de su crecimiento para que su producción sea mayor.
En cuanto al riego, dado que precisa de un ambiente húmedo, será necesario regarla abundantemente, sobre todo, en verano, pero evitando que se provoquen estancamientos de agua a su alrededor, ya que esto ahogaría a la planta.
Cosecha de la Betarraga
La recolección de la Betarraga puede hacerse una vez hayan pasado de 60 a 120 días de su plantación, teniendo en cuenta que cuanto más tiempo esperemos para cosecharla, mayor será el tamaño del tubérculo, dado que ha podido madurar completamente.