La Mandioca o Yuca es un tubérculo parecido a la patata, procedente de un arbusto que se cultiva en zonas tropicales de América, África y Asia. Existen muchas variedades, pero las más importantes son la Mandioca dulce (Manihot Utilissima) utilizada como alimento y la Mandioca amarga (Manihot Esculenta), de la cual, se obtiene la tapioca.
Si queremos cultivar Mandioca en nuestro propio huerto, deberemos tener en cuenta dos aspectos fundamentales, el primero, que esta planta puede alcanzar un gran tamaño, tanto en su tallo, como en sus hojas y raíces, por lo que es conveniente dejar a cada planta un espacio propio de 1m2, y el segundo, que si nos encontramos en climas tropicales, ha de plantarse entre marzo y noviembre, y si nos encontramos en climas de sabana, se hará entre abril y agosto.
La Mandioca no es muy exigente respecto al tipo de suelo, ya que suele adaptarse bastante bien a todos ellos, sin embargo, suele preferir los suelos profundos, con una composición de arcilla, arena y humus, y que dispongan de un buen drenaje.
Es recomendable que la Mandioca se cultive en un clima cálido y húmedo, situándose la temperatura idónea para que pueda desarrollarse adecuadamente entre los 25 y 30oC, dejando de crecer si ésta bajara y disminuyendo su producción si aumentara. No precisa de la exposición al sol, ya que puede vivir perfectamente en lugares de sombra o semi-sombra.
En cuanto al riego, la Mandioca es muy exigente, principalmente a causa del clima del que proviene, por lo que requiere de un riego abundante y frecuente durante todo su desarrollo, siempre y cuando exista un buen drenaje y no se acumulen depósitos de agua.
A la hora de consumir la Mandioca, es importante saber que este tubérculo además de presentar una textura muy dura, su piel contiene agentes tóxicos, hecho que imposibilita su consumo en crudo. Por estas razones, es fundamental pelarla y cocinarla antes de consumirla, ya que gracias al calor conseguiremos no sólo eliminar la toxicidad de la Mandioca, sino también, reblandecerla para facilitar su digestión.
Para aumentar el periodo de conservación de la Mandioca, lo más recomendable es guardarla en la nevera o bien congelarla una vez se haya pelado y troceado.
Es importante aclarar que únicamente es posible consumir la Mandioca dulce, ya que el resto de variedades, por mucho que las cocinemos, seguirán conservando sus propiedades tóxicas.