Es normal que los padres primerizos tengáis muchas dudas acerca de cómo realizar el cambio de pañal a vuestro bebé, sin embargo, eso no debe desanimaros, ya que esta técnica se perfecciona con tiempo y práctica.
Debéis ser conscientes de que el cambio de pañal debe realizarse con frecuencia, ya sea porque notéis el olor, por el abultamiento de éste, o bien, simplemente por higiene, ya que en determinadas ocasiones, será conveniente cambiar el pañal aunque esté limpio para así evitar que el sudor pueda provocarle irritación en la piel o una infección por hongos.
Durante las primeras semanas, será necesario dedicarle mucho tiempo, llegando a cambiar el pañal unas 10 veces al día, tiempo que aconsejamos que aprovechéis para jugar, dar mimos o reír con vuestro bebé, para que de este modo, podáis afianzar los lazos de afecto entre los dos, haciendo del cambio de pañal un momento agradable y divertido.
El lugar donde vayáis a cambiar a vuestro bebé, deberá ser un sitio cómodo, cálido, limpio y seco, donde tengáis todo lo necesario para asear al pequeño al alcance de vuestra mano (pañales limpios, toallitas húmedas, crema protectora contra la irritación, etc…), evitando en todo momento dejarle sólo mientras se encuentre en el cambiador.
Antes de comenzar, la persona que vaya a cambiar al bebé, deberá siempre lavarse las manos antes y después de cada cambio de pañal.
Para realizar el cambio de pañal, coloca al bebé bocarriba y levántale las piernas cogiéndolas por los tobillos con una sola mano, mientras que con la otra, retira el pañal sucio, empleando la parte delantera, que estará limpia, para quitar los restos que hayan quedado en las nalgas, dejando el pañal doblado debajo del culito de tu bebé, para así evitar que se manche el cambiador.
A continuación, asea a tu bebé con una toallita húmeda o con una esponja natural, evitando emplear jabones que no sean específicos para el aseo de los más pequeños y poniendo especial cuidado al limpiar las zonas íntimas.
Siempre limpia de delante hacia atrás, consiguiendo así que la zona íntima de tu bebé se mantenga libre de las bacterias que se encuentran en las heces. Retira el pañal sucio y coloca el pañal limpio debajo de tu bebé, dejando la parte que tiene los cierres adhesivos bajo el culito.
Antes de cerrar el pañal, seca bien la zona aseada, poniendo especial cuidado en los pliegues que presente la piel y en las nalguitas de tu bebé, aplicando polvos de talco o una fina capa de crema protectora contra las irritaciones, que evitará la humedad y el contacto directo de la piel con la orina y las heces.
Concluye cerrando el pañal, pasando la parte delantera entre las piernas y ajustándolo con las tiras adhesivas, de tal manera que no queden huecos en las zonas del vientre y las piernas, con lo que conseguirás evitar posibles fugas, pero sin que se le pellizque la piel y le provoque molestia o dolor.
Si el niño es recién nacido, será recomendable dejar el ombligo fuera del pañal o cubrirlo con una gasa para que dicha zona se mantenga limpia y seca.
Por último, viste a tu bebé y perfúmalo.