Una Startup es una empresa de nueva creación, relacionada principalmente con el sector de las TIC´s, que se basa en un modelo de negocio escalable con grandes posibilidades de crecimiento y unas necesidades de financiación muy concretas.
De este modo, Startup es un concepto de empresa que cualquier emprendedor debe conocer, pero no sólo lo que significa y las posibilidades que puede ofrecer, sino también, el ciclo vital de la misma y las fases de negocio por las que debe atravesar para alcanzar el éxito.
Fase inicial
Es la fase germinal del proyecto, donde se debe reflexionar y estructurar tanto la idea de negocio como el desarrollo del producto o servicio que se vaya a ofrecer.
Es el primer paso, y por lo tanto, no existe un plan de negocios definido al 100%, por lo que el equipo de trabajo, normalmente pequeño, debe encargarse de ir dando forma a dicho plan, puliendo detalles y discutiendo mejoras.
En esta etapa, la financiación no es el principal obstáculo, ya que no se requieren de grandes sumas de capital para poder poner en funcionamiento la Startup, y normalmente, se suele recurrir al Capital Semilla, o lo que es lo mismo, a las aportaciones de los fundadores o sus familiares o algún pequeño inversor que apueste por el proyecto.
Fase Temprana
En esta etapa, ya existe un producto o servicio a la venta en el mercado, y además, comienza a crearse una potencial cartera de clientes que lo están adquiriendo.
En este momento, la empresa puede comenzar a crecer, aunque levemente, sin embargo, lo más habitual es que tenga que recurrir a la ampliación de plantilla para poder satisfacer la demanda.
De este modo llegan los primeros beneficios, y el modelo de negocio planteado en la fase inicial se ha ido perfeccionando, lo que provoca la aparición de fondos de inversión especializados en la financiación de este tipo de empresas, las Startup, que se encuentran en esta fase concreta de su evolución.
Fase de Crecimiento
Corresponde a la fase de crecimiento, cuando la Startup está ya definitivamente establecida y presenta una posición, relativamente, consolidada en el mercado.
En este momento, los productos y servicios se encuentran en constante evolución y los beneficios han comenzado a estabilizarse, por lo tanto, lo fundamental es ser competitivos mediante el incremento de la cuota de mercado, para ello, será muy importante controlar la estructura de costes y minimizarla al máximo.
Aunque la financiación externa sigue teniendo un peso importante en la viabilidad de la Startup, los ingresos internos han alcanzado el nivel suficiente como para solventar los pagos del día a día.
Fase de Expansión
Llega un momento en el que la Startup debe expandirse abarcando otros mercados y segmentos económicos, definir el carácter de la empresa y los objetivos a medio y largo plazo que puede alcanzar ésta.
No obstante, es un momento especialmente delicado, donde cada movimiento o decisión debe estar bien meditada y bajo una estrategia bien definida, ya que a diferencia de las fases anteriores, un error podría provocar el hundimiento de la compañía.
Por lo tanto, la financiación externa resultará fundamental, a pesar de que se establezcan alianzas con otras empresas para facilitar el asentamiento en otros mercados, por lo que será muy importante estudiar todas las posibilidades que ofrece el sector financiero, y por supuesto, vigilar el hecho de no hipotecar la empresa por intentar expandirla.
En este caso, entraría en juego un concepto como el Venture Capital (Capital Riesgo), mediante el cual, una entidad financiera o un fondo de inversión aportaría capital a la Startup, a cambio de un porcentaje de participación en la misma.
Fase de Venta
Esta última fase puede o no suceder, ya que una vez la Startup ha alcanzado los objetivos empresariales marcados al comienzo de su creación, puede optarse por la venta de la misma a una empresa de mayor envergadura, o también, por la entrada en el mercado de valores.