| Viernes 20 mayo 2011 |
Crítica de la película Balada Triste de Trompeta. Alex de la iglesia, retoma un hecho histórico de nuestro país como fue la guerra civil para mostrarnos una trama a tres bandas y donde el amor es el detonante de una locura aun mayor que el de la propia guerra.
Arriesgada en su propuesta, diferente a todo lo que hemos visto del cine español en los últimos años, resulta estimulante el saber que aún hay esperanzas en este cine patrio, lejos del conformismo y la irregularidad que lo sostiene, que aparezcan este tipo de producciones con un tono muy grotesco más cercano a Tim Burton que Pajares y Esteso.
Cabe destacar el trabajo de los grandes actores que aparecen en la cinta, desde un sorprendente y creíble Carlos Areces, un acertado e inquietante Antonio de la Torre y una actriz como es la atractiva Carolina Bang que sorprende con una más que correcta interpretación.
Sin olvidar los pequeños papeles de Terele Pávez, Enrique Villén, Santiago Segura, Raúl Arévalo o Luis Varela o el de Sancho Gracia, cuyo personaje pensaba que iba a tener más protagonismo del que tuvo.
La película tal vez no se termina de asentarse en un solo género al querer abarcar demasiado y eso la hace deambular sin mucho sentido, de un drama romántico a una denuncia social, pasando por un retrato histórico ya tocado en otros muchos films sobre el conflicto bélico civil.
Me quedo con su parte final, unos 20 minutos o más donde la película explota toda su artillería y donde los personajes llegan a un extremo salvaje que borda la paranoia total.
Una película que debería haber tenido mucha mejor suerte en las salas de cine y que incomprensiblemente nuestra academia (La Sinde-vergüenza) no le ha dado el reconocimiento que se merecía.