| Martes 19 abril 2011 |
Crítica de la película Águila Roja. El fenómeno de Águila Roja ha dado para llegar a una popularidad internacional, récords de audiencia, el reconocimiento reflejado en galardones, libros, y hasta un videojuego online. La producción de una película era casi obligatoria.
Águila Roja, el héroe de la televisión española, se enfrenta a su mayor desafío, la amenaza de Francia e Inglaterra contra el imperio español provocado por un complot a gran escala. Por si fuera poco, también tendrá que rescatar a una damisela en apuros (la top model Martina Klein) y proteger a los suyos de la gran cantidad de peligros inminentes.
La historia que presenta la película no exige conocer previamente la serie. Pero de la misma manera, este largometraje no llega a ser imprescindible para la trama de Águila Roja, es simplemente un capítulo con tanta tralla que necesitaron casi dos horas de película para narrar este episodio.
Los seguidores estarán satisfechos de las proezas de su héroe, las escenas de los personajes que siempre lo han acompañado y la aportación de los nuevos.
Javier Gutiérrez y Antonio Molero son los encargados de poner la gracia española, el chiste y la picaresca, Martina Klein, la belleza de cabello dorado y William Miller junto con Stany Coppet ponen el toque exótico e internacional, con sus papeles de capitán inglés y mosquetero.
Planos bien atados, recursos suficientes a pesar de alguna chapucilla típica de las producciones españolas, música válida, escenarios correctos, vestuario bien pensado, pero termina quedándose entre cine y telefilm.
La intención no era hacer una película pretenciosa como “Ágora” de Amenábar, sino más bien realizar un “especial” en la historia de Águila Roja, sin embargo, ¿para eso hay que ir al cine? incluso sus fans, podrían esperar en su sofá a que la película llegase a sus televisores o pantallas de ordenador.