La dirección de la Cadena SER no ha podido asumir el descalabro económico que ha supuesto tener que abonar todas las indemnizaciones relacionadas con las “bajas voluntarias incentivadas” a las que se han acogido sus trabajadores, según lo recogido en el preacuerdo de ERE firmado el pasado mes de julio.
La cadena de PRISA lleva ya un tiempo gestionando una “transformación radical en la cadena” mediante una serie de recortes económicos y de personal, contemplados en el ERE firmado el pasado julio.
El objetivo de este pre-acuerdo era que un grupo determinado de trabajadores aceptasen la baja voluntaria a cambio de una considerable indemnización, con un mínimo de 45 días de salario por año trabajado y con un tope de 42 mensualidades.
Sin embargo y según fuentes internas consultadas, la cadena radiofónica tiene problemas para hacer efectivo el pago de dichas indemnizaciones debido al “elevadísimo número de redactores que han solicitado presentar su baja voluntaria”.
“El objetivo está claro, pero no hay con que pagar la revolución”. “Se crearía una situación económicamente inasumible, lo que desequilibraría a todo el grupo editorial”, aseguró un alto directivo de la cadena.