La crisis en la cúpula del PNV se debe a su preocupación electoral ante la posible pérdida de su hegemonía política en el País Vasco, ya sea por el avance de Amaiur (Bildu y Aralar) y ante un posible comunicado de ETA que podría beneficiar electoralmente al PSOE Euskadi.
En el Euskadi Buru Batzar, máximo órgano del PNV, existe una enorme preocupación debido a los posibles resultados en las próximas elecciones del próximo 20-N.
En principio, ven peligrar su hegemonía como primera fuerza política en Euskadi, ante un cada vez mayor avance de Amaiur en intención de voto, una coalición electoral de conveniencia que han acordado Bildu y Aralar.
Pero es que además, temen que ETA también pretenda influir en ese horizonte electoral tan desconcertante.
Durante estos últimos días, ha circulado en el seno del PNV, la sospecha de que la banda terrorista ETA pretende hacer público un comunicado justo antes de la celebración de los comicios en el que, pese a que “no anuncie el abandono definitivo de las armas, sí incluya determinados gesto que beneficien electoralmente al PSOE Euskadi”.
El PNV, que en la mayoría de ocasiones había tenido acceso a información privilegiada sobre lo que sucedía en el seno de ETA, ahora teme que ese papel tradicional de interlocutor de ETA, podría ser traspasado a Amaiur.
Y es que Amaiur, además de ser la nueva formación electoral de la izquierda aberztale, fue también el nombre de un famoso comando etarra desarticulado en marzo de 2005, y que tenía como integrantes a los ya condenados Carmelo Laucirica Orive, Igor González Sola e Íker Olabarrieta, condenados todos a penas de entre 21 y 29 años de prisión.
Veamos ahora, cómo la estrategia seguida por el PSOE Euskadi, conociendo la más que posible oficialización del comunicado de ETA, ha seguido una serie de etapas, en las que su mensaje hacia la banda terrorista se ha basado en el diálogo y el acercamiento a una solución definitiva que satisfaga a ambas partes.
Fuentes políticas consultadas han confirmado los guiños que desde el Gobierno vasco (PSOE Euskadi) se están lanzando hacia el entorno de la izquierda abertzale.
De este modo, el pasado 29 de septiembre, el lehendakari Patxi López realizó en el Parlamento Vasco, una valoración muy positiva de los recientes movimientos realizados tanto por ETA como por sus presos.
A ello se han sumado los tradicionales coqueteos del presidente de los socialistas vascos, Jesús Egiguren, con los dirigentes de la ilegalizada Batasuna.
Egiguren es uno de los que, a pesar de que el Gobierno central de Zapatero decidió rechazar el “comité de verificación del alto el fuego de ETA”, decidió reunirse en numerosas ocasiones con el denominado Grupo de Ámsterdam.
Bajo el mando del abogado surafricano Brian Currin, este grupo decidió tomar las riendas del “Grupo Internacional de Contacto”, del que forman parte expertos mediadores en conflictos (algunos de sus miembros participaron en el de Irlanda de Norte).
Dichos miembros, pese a que confiesan sin el menor reparo, su “ignorancia sobre la realidad del conflicto vasco”, se muestran confiados en que de su intervención, se obtendrán soluciones.
Y es que los nacionalista moderados del PNV comentan, de puertas hacia adentro, que “Amaiur podría obtener hasta 6 escaños en el Congreso de los Diputados, un resultado que tendría como principal y casi único perjudicado, el PNV”.
Además, cabe mencionar que si resulta bastante preocupante para el Euskadi Buru Batzar (máximo órgano del PNV), no lo es menos para los empresarios cercanos al entorno de dicho partido, debido a que algunos ya han manifestado que, ante la realidad de crisis económica, es poco aconsejable realizar “experimentos con gaseosa, como los que hace tan sólo dos años, utilizaban la gasolina para sus cócteles molotov”.